¿Cuántas veces nos boicoteamos a nosotros mismos?
Son demasiadas las veces que escucho a mi alrededor (incluso a veces me pillo a mí misma) la queja de : “si tuviera tiempo lo haría” o “leería” o “pasearía” o » llamaría a no sé quién» o “quedaría con…”. Poniendo la excusa de no tener tiempo, sencillamente no se hace.
El “Tendría que…”
Todo esto se convierte en un “Tendría que…”. Quien está en este punto se cuenta que no puede y además se convence de ello. Y sucede que sabe perfectamente lo que “tiene que hacer” de forma teórica y no encuentra el momento de hacerlo. Todo esto conlleva una sensación de culpa y frustración constante que además lleva a no sentir motivación ninguna por buscar el cambio. Demasiado peso diario que sujetar. El cambio sólo llegará cuando se haya sufrido lo suficiente y no se soporte más esa losa. Es decir, tocando fondo.
El camino alternativo
O, como camino alternativo, el ser consciente de ese boicoteo y excusa constante que utilizo para no salir de mi zona de confort. El ser consciente me da mucho poder porque puedo mirar como algo desde fuera y como un espectador los mecanismos que utilizo para seguir igual. Si quiero leer simplemente me pongo a leer y si quiero llamar a alguien simplemente llamo. Contar son esa intención es el principio del cambio para que un día esté establecido.
Reconocer nuestros propios mecanismos
Aprender a reconocer nuestros propios mecanismos que nos impiden el cambio es hacernos responsables de nosotros mismos y dejar de ser víctimas de lo que nos suceda.
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